viernes, 21 de septiembre de 2007

Nadie es perfecto

Sigo sin noticias de la princesa triste y, aunque parezca ilógico, creo que por esta razón he quedado esta noche para cenar con otra chica. Hace un año más o menos tuvimos una pequeña historia de un mes y medio o algo así, pero de vez en cuando nos llamamos. Y esta semana ha sido su cumpleaños y hemos quedado para cenar dentro de una hora y media. Si soy sincero conmigo mismo he quedado con ella porque estoy muerto de miedo. La historia con la princesa fue tan bonita que me aterra pensar que cuando el lunes la encuentre en el trabajo me dé cuenta de que no quiere volver a quedar y supongo que para tratar de hacer frente a la decepción inmensa que me causará pues quedo con otra chica para poder pensar: bueno, tampoco pasa nada, hay otras chicas. Ya se sabe, el típico pánico ante la posibilidad de que alguien pueda hacerte mucho daño. En el fondo ya se que no me servirá de mucho, que aunque hoy en la cena y después me lo pase bien, mañana volveré a pensar en la princesa y el lunes llegaré cuanto antes al despacho para poder volverla a ver. Pero qué le voy a hacer, en algo tengo que ocupar la cabeza, no puedo quedarme en casa dándole vueltas a la misma historia.
De todos modos la chica con la he quedado dentro de un rato es muy agradable, me lo paso muy bien con ella, tiene buena conversación y lo más importante, sabe que no estoy enamorado de ella, así que tampoco se puede decir que juego con ella, bueno quizás un poquito, pero como en la célebre película: "nadie es perfecto". ¿Qué si me voy a ir a la cama con ella? Pues no se, dependerá de cómo vaya la cena. Supongo que ella será reacia así que para que acabemos en su apartamento tendré que insistir un poco y sólo lo haré si surge esa chispa de atracción que no siempre surge, al menos no en mi caso (lo cual me sorprende a mí mismo porque es una chica físicamente muy atractiva, seguramente la más atractiva con la que nunca he estado, aunque sólo sea porque tiene una de esas cosas que me vuelven loco, los ojos azules).
Por cierto, la semana muy bien, he ido a un par de clases magníficas en la facultad y he leído un par de libros (hacía demasiado que no leía, ya me había olvidado del placer de ponerte delante de un buen libro y aislarte del mundo). Uno de los libros no merece ni comentario pero el otro me ha gustado: "El lamento de Portnoy" de Philip Roth, en algunos fragmentos flojea pero tiene momentos brillantes, de aquellos que piensas: joder, este tío acaba de decir en dos páginas lo que yo siempre he pensado pero no sabría explicar como él ni en un momento de máxima lucidez. Bueno, en cualquier caso leeré algún otro libro suyo a ver si es verdad que se merece el Nobel de Literatura.

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